Ya casi se va abril… y la verdad, no escribía desde el 7 de marzo.
No es que no haya querido, es que simplemente no lograba conectar.
Han sido meses retantes en más de un sentido… y en medio de eso, entendí con más profundidad esa frase que dice:
“Sé amable, no sabes las batallas que otros están peleando.”
Wow, qué cierto es.
Todos estamos lidiando con cosas que no siempre se ven.
Sanando a nuestro ritmo.
A veces avanzando con fuerza… y otras sintiendo que retrocedemos.
Y es que sanar no es lineal.
Nadie dijo que sería fácil, pero aquí sigo…
aferrada a Su palabra, a Su verdad, a lo que Él prometió para mí y mi casa.
Porque aunque la mente se llene de preguntas, mi corazón sabe quién es mi refugio.
Mi ancla.
Mi norte.
Jesús mismo nos advirtió:
"En este mundo tendrás aflicción."
Y también nos recordó que ninguna arma forjada prosperará.
Sí, vendrán momentos difíciles…
pero está en nosotros decidir si nos enfocamos en el problema o en Cristo.
Alabar en medio del dolor no es fácil.
Pero aun así, abre tu boca.
Recuerda lo bueno que Dios ha sido contigo.
El dolor pasará.
Los días pesados también.
Solo no sueltes a Cristo.
Él es el camino, la verdad y tu constante en medio del caos.